
27 Jul Pisa 2018: la actitud es tan importante como la prueba.
Inicialmente los resultados de lectura de España de PISA 2018 no se publicaron junto a los de ciencias y matemáticas al entender, el organismo evaluador, que algunos datos mostraban un comportamiento inverosímil en las respuestas de algunos estudiantes.
Hace unos días (puedes leer la noticia AQUÍ) se confirmaba que los resultados fueron anómalos por la disposición negativa de los alumnos; porque la evaluación «coincidió con otros exámenes de la ESO». Concluye el Organismo, atendiendo a la noticia, que esta actitud de algunos estudiantes, que «se mostraron negativamente dispuestos hacia la prueba PISA y no hicieron todo lo posible para demostrar su competencia» supone que los resultados de la prueba no revelan «el nivel real de competencia de los estudiantes», con respuestas apresuradas y siguiendo ciertos patrones como «todas sí o no».
En definitiva, publicados los resultados, España desciende 19 puntos en Lectura, respecto a 2015; colocándose en un puesto «significativamente inferior» a la media de la OCDE y del total de la Unión Europea.
Y vista la noticia, me pregunto: ¿no es la actitud una parte de la competencia?.
Leer es una actividad completa, necesitada de hábitos y actitudes. Es tal vez el recurso cognitivo por naturaleza, que nos permite conocer, imaginar, soñar, responder y, fundamental en los tiempos que corren, aprender a lo largo de la vida.
Como señala la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato del desarrollo de la competencia en comunicación lingüística, depende, en buena medida, que se produzcan distintos tipos de aprendizaje en distintos contextos, formales, informales y no formales. En este sentido, es especialmente relevante en el contexto escolar la consideración de la lectura como destreza básica para la ampliación de la competencia en comunicación lingüística y el aprendizaje. Así, la lectura es la principal vía de acceso a todas las áreas, por lo que el contacto con una diversidad de textos resulta fundamental para acceder a las fuentes originales del saber.
La competencia en comunicación lingüística incluye un componente personal que interviene en la interacción comunicativa en tres dimensiones: la actitud, la motivación y los rasgos de personalidad.
Son muchos los autores que han ofrecido un concepto y han señalado las principales características de las competencias clave, que han de adquirir nuestros estudiantes. Perrenoud (1998) habla de movilizar los conocimientos; Marchesi (2006) de aplicar los conocimientos adquiridos en diversas situaciones; Monereo y Pozo (2007) de poseer un conocimiento funcional no inerte, utilizable y reutilizable y Coll (2007) de activar y utilizar los conocimientos relevantes para afrontar determinadas situaciones y problemas.
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